Seguidores

MUCHAS GRACIAS

SIN VOSOTROS ESTO NO SERÍA LO MISMO. GRACIAS POR ESTAR EN ESTE SITIO.

Tranquility

lunes, 26 de marzo de 2012

La Bailarina



El ambiente en aquél tugurio invitaba a tomar más de una copa de alcohol. Bastantes me habría tomado o incluso la botella entera de whisky de no ser porque había perdido el dinero entre tanto golpe y el trajín de recorrer inextricables callejones intentando salvar lo que me había dejado el sicario que me perseguía: mi propia vida. Me planté en mitad del local intentando encontrar la puerta de los aseos; vi salir a un hombre de detrás de una cortina que daba paso a un pasillo estrecho y deduje que al final  estarían. Me dirigí hacia allí y encontré lo que estaba buscando. Abrí el grifo no sin antes mirarme un par de veces en un espejo carcomido y enmohecido por lo años que solo Dios sabe llevaría allí colgado. La ceja derecha me sangraba, aún tenía un hilito de sangre que recorría toda mi cara aunque interrumpido a la altura de la mejilla. Me  lavé  y recompuse un poco mi aspecto. Las canillas de las piernas aún me temblaban del esfuerzo. ¡No estaba acostumbrado a correr! Me dirigí a la barra donde un camarero de aspecto lánguido servía licores entre movimientos  carentes de toda gracia, preso del aburrimiento del que lleva muchos años haciendo el mismo trabajo. Me bebí de un solo trago el whisky que le había pedido. Al principio entró abrasando la garganta y cuando sentí su calor en mi estomago ya le estaba haciendo señas para que me sirviera otro. Volví a beberlo de un sorbo. Sentí como se me aflojaban los músculos poco a poco, cómo me iba relajando y mi cuerpo iba alcanzando una liviandad extraña para mi. Esa sensación de relax la rompió una melodía monódica y una bailarina que vestía una túnica transparente  delicadamente bordada apareció en escena. La mujer era extremadamente bella y, su cabello, como las crines de un pura sangre negro hacía juego con sus ojos que te invitaban a seguir cada uno de sus gestos. La cadencia de sus movimientos era hipnótica y pronto me di cuenta de que la bailarina estaba frente a mi. El sigilo con el que se movía me embelesaba y hacía que mi sangre hirviera en mis venas. Ardía en deseos de tocarla. Me sentía mareado por momentos, un olor a marihuana llegaba a mi olfato y penetraba tan intensamente como si la estuviera fumando yo mismo. La bailarina se acercó a mí y me susurró algo al oído que no pude entender. Tenía todos mis sentidos embotados y eso no era normal; apenas había tomado dos copas. Yo soy un hombre corpulento necesito mucho más de lo que había bebido para perder la noción del tiempo como la estaba perdiendo en esos momentos. Sin embargo, algo rondaba por mi mente, ¿cómo era posible que aquella mujer se fijara en mi cuando había tantos hombres en el local? ¿Dónde la había visto yo antes? No podía recordar donde la había visto, estaba seguro de que la conocía de antes. La gente parecía no darse cuenta de todo lo que estaba sucediendo entre la ella y yo. Asistían inamovibles al espectáculo, desde el viejo que fumaba su pipa en un rincón distraído con en el humo, hasta los que estaban en las diferentes mesas. Tenía la sensación de que todo eso giraba en torno a mí, de que estaba todo preparado, una déjà vu.
Me resbalé del taburete en el que estaba sentado y al caer al suelo vi como dos hombres intentaban levantarme. Cuando desperté me encontré en una habitación toda acolchada y los dos hombres intentaban ponerme una camisa de fuerza. Una enfermera de pelo negro insistía en que me  tranquilizase.

domingo, 18 de marzo de 2012

Trabajador por cuenta ajena


El hombre soltó su maletín encima de la mesa del despacho, se sirvió un whisky en un vaso que estaba discretamente oculto tras un jarrón chino enorme. Su mujer entró en la habitación y con un contoneo sigiloso se dirigió hasta él: “¿Qué tal el  trabajo?”  El bebió un trago largo y contestó: “Como siempre, todos mis  trabajos  acaban en silencio”

El vecino



Todos los días salía a la misma hora por el portal del edificio donde vivía. El rictus congelado de su rostro era el saludo matutino para todos los que se cruzaban con él.
Imponía, y mucho, tanto que los niños nos pasábamos  a la otra acera por miedo a que nos dijera alguna palabra para engatusarnos y sacarnos las tripas como las abuelas nos decían machaconamente cada día. Le seguí, las carnes me temblaban pero tenía que ver dónde iba cada día. Esa incertidumbre se había apoderado de mi y anulaba mi miedo fortaleciéndome. Cruzamos varias calles y al final entró en un soportal con un letrero que decía: “Escuela de sordomudos”.




lunes, 12 de marzo de 2012

Te propongo un pacto




Estaré siempre que me llames
Aunque no pueda caminar ni mantenerme de pie.
Aunque las fuerzas me fallen y mis ojos no te vean.
Velaré tus sueños y arañaré minutos al tiempo para
Pasarlos contigo.
Te guiaré cuan árbol joven que crece entre espinos,
Cuidaré tus pasos para que no los embarres con tus andanzas
Te enseñaré que lo bueno de la vida no es poseer riquezas,
Sino tener un gran corazón.
Que el primero no siempre es el ganador y que, a veces, el esfuerzo del último
Es la mayor victoria.
Que la más minúscula flor, es una obra poderosa de la naturaleza.
Tejeremos nuestra red con hilos dorados, irrompibles e impermeables.
Yo seré el faro que ilumine tu oscuridad,
Libraré las batallas contra tus monstruos,
Te enseñaré que las diferencias entre las personas no están en su color de piel,
Ni en su forma de vestir sino en su forma de amar.
 Que los caminos se recorren dando el primer paso.
Te propongo un pacto
Yo seré tu sombra y tu mi luz.
A cambio te pido:
Tus sonrisas al despertar,
Que cuando crezcas me cuentes entre tus amigos.
Que cuando seas mayor no me veas como a  un trasto inservible
Que se pone en cualquier rincón
y que me reserves aunque sea un rinconcito en tu corazón.


jueves, 8 de marzo de 2012

Felicidades Mujer



Felicidades mujer,
Por no ser sólo madre, hija o hermana, sino también esposa.

Felicidades mujer,
por haber luchado desde el primer
Momento en el que viniste al mundo
por sobrevivir al espejo del hombre.

Felicidades mujer,
Por ayudar a hacer que la vida sea más llevadera
Por iluminar con tu sonrisa  muchos días sin sol
Por curar con tus caricias  heridas sin medicinas.

Felicidades mujer,
Por llevar paz donde había lucha
Por callar cuando no se debe alzar la voz y por alzarla cuando los demás
Guardan silencio y con su mutismo se crean injusticias.

Felicidades mujer,
Porque cada gesto tuyo lleva autoridad y ternura a partes iguales,
Consideración y misericordia.

lunes, 5 de marzo de 2012

El mejor psicólogo



El cliente entró por la puerta de la oficina cinco minutos antes de la hora prevista. Venía acompañado de una mujer que poco después supe que era su esposa. Nos dirigimos a la propiedad de la que esa misma mañana les había hablado; el lugar y sus características eran las que ellos estaban buscando y por fin después de meses y visitas a diferentes casas la habían encontrado.
Aparcamos el coche en la puerta de un chalet con vistas impresionantes y un jardín que daba la bienvenida.  El dueño de la vivienda nos recibió con un gesto adusto aunque en breves segundos una sonrisa y su brazo extendido nos invitaba a pasar.
Tras el recorrido los clientes emocionados, y con un brillo especial en sus ojos le dijeron al propietario que compraban la vivienda a lo que éste contestó:
-No, si yo en el fondo no vendo la casa, pero estas visitas para mí son mejor que ir al psicólogo.