Me despierto y te
busco,
no te encuentro a mi
lado y
me arropo en mi
soledad
e imagino un mundo
paralelo
en el que estamos los
dos
transeúntes de
nuestro destino,
peregrinos de un
mismo amor.
La oscuridad nos
envuelve y
nos abriga el calor.
Calor de dos cuerpos,
esos que
somos tú y yo.
Y abro los ojos y
extiendo mis manos y
solo hallo esa
ausencia
que me hiere y me
aprieta,
que me lacera el alma
y que mi vida sangra.