Las luces de neón destacaban en
la fachada de un edificio viejo en mitad de un callejón adyacente a la calle
principal de la parte antigua de la ciudad. Mis pasos, uno tras otro, me llevaron
de forma impulsiva a tocar en la aldaba del portón de madera corroída que
franqueaba la entrada cerrada a cal y canto. Algo extraño había en ese lugar;
las luces, más propias de un boulevard que de una calle como esta perdida en el
tiempo mismo, y, el llamador excesivamente nuevo para una puerta que difícilmente se mantenía
de pie.
Los neones dibujaban la siguiente
frase “Se compra todo tipo de objetos, grandes beneficios” No lo pensé
demasiado y me acerque hasta la puerta, dí tres golpes y, en la quietud del
silencio sonaron como tres truenos. Apareció un hombre enjuto que me invito a
pasar con un ademán y sin mover apenas el rictus facial.
-Traigo unos cuantas cosas que lo
mismo les podría interesar- le espeté sin más preámbulos, la tarde anterior
había afanado algunas cosillas de valor y para poder pillar la pasta necesitaba
venderlas.
Me hizo que me sentara en una
habitación lúgubre y me dijo que esperase que en poco tiempo sería atendido por
el jefe en persona. Los minutos me parecieron horas en aquella habitación
mohosa y fría, de repente una puerta se abrió y un hombre gordo lustroso y bien
vestido se dirigió hacia mí: “Sígame” sonó tan ronco como un trueno. Me levanté
y lo seguí, entramos a un despacho lujosamente amueblado que nada tenía que ver
con el resto del edificio, más bien parecía que se trataba de una broma pues,
era como si se pasara de la más absoluta pobreza a la abundancia suprema.
La negociación fue intensa, pero
al final conseguí algo inesperado incluso para mí, un tipo sin muchos escrúpulos
y que ha vivido su vida sin importarle mucho la de los demás. Le despaché todo
y conseguí un gran beneficio. Por vender, le vendí mi cuerpo porque mi alma no la quiso, era
demasiado negra incluso para el propio diablo.
Reposición
ResponderEliminarUn abrazo grande a todos y muchas gracias por estar ahí.
María Eva.
Muy bueno. Felicidades por narrar, atraes mi atención de principio a fin.
ResponderEliminarmi beso
Creo que te lo he leido con anterioridad, por aquel entonces me paraeció un relato muy bueno...hoy te aseguro que es mejor...felicidades y un besote preciosa.
ResponderEliminarUn relato oscuro, Marïa Eva, que gravita sobre ese mundo indeterminado en el que mueve la maldad en estado puro.
ResponderEliminarSe puede notar cómo la progresiòn de la historia està muy conseguida, ganando en intensidad a medida que nos acercamos al final.
Buena pieza.
Un abrazo.
Me he metido tan adentro en el relato que he llegado a pensar que era la protagonista. Muy interesante. Me gusta. Gracias por pasear desde el fondo del alma. Te invito hacerlo en "sintiendo en colores"....un beso y si no te importa me quedo a tu lado.Muackk
ResponderEliminarEn un principio, pensaba en uno de esos garitos que compran oro, tan boyantes ahora con la crisis; pero conforme he avanzado me he dado cuenta de que la compraventa era de otras cosas. Un duro final que nos da la clave de lo perdido que puede estar un humano, que ni al diablo le interesa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Impactante relato con un final muy bien logrado. ¡Felicitaciones! Un abrazo
ResponderEliminarAlgo amargo resulta hoy tu relato,Menos mas que va acompañado de una hermosa musica,Lo cual es todo un detalle para que la sensacion de oscuridad sea mas llevadera,un saludo.
ResponderEliminarMarìa..." Compraventa "
ResponderEliminarCuàntos lugares como este hay en las ciudades, para estafar a la pobre gente que necesita quizàs de urgencia un poco de dinero y tiene que regalar lo valioso que lleva por tan poco lo tasado
¡¡¡ interesante relato !!
un beso
Como será tener el alma tan negra que ni siquiera el propio diablo quiera comprarla! Lo que no se si la compensaba vender su cuerpo jejeje
ResponderEliminarBonito relato Eva.
un besote
Tremendo relato María Eva, me encantó ese inesperado final.
ResponderEliminarEl deshuso y apatía por ciertas cosas hacen que nos quiéramos deshacer de ellas sin considerar el gran valor que tienen.
Un beso
!Vaya!menudo relato, no me esperaba ese final.
ResponderEliminarte felicito.
Gracias por tu comentario, por fin mi libro, todo un sueño.
Mil besos de ternura
Sor.Cecilia
FANTASTICO!! La verdad es que no esperaba tal final, wow!!... pero es la realidad cotidiana.
ResponderEliminarBesos Maria Eva y se feliz!
Estupendo Mª Eva, he vuelto a releer este relato y no por ello con menos interés, has vuelto a lograr que me sumerja en la historia y pueda captar la amargura y el sinsabor de la vida de este personaje..
ResponderEliminarUn abrazo.