La feria de cítricos cada año tenía más afluencia de gente. Los puestos de venta de productos típicos de la zona se mezclaban con los de las artesanías más dispares de los nuevos residentes en el pueblo. Me llamó la atención un stand en el que la mujer que lo atendía miraba al infinito abstraída de todo lo que acontecía a su alrededor, su cara angelical y sus ademanes suaves me embelesaban. Encima de la mesa solo había bolsas vacías. Me acerqué y pregunté “¿usted qué vende?”
-Ilusión y esperanza, ¿te pongo una bolsa grande o pequeña? Dijo mirándome a los ojos.
Muy lindo Maria Eva, muy lindo tu relato!!
ResponderEliminarMarìa Eva..." La artesana "
ResponderEliminarMe intrigaba ir leyendo tu relato....que pena, pobre mujer .
¡¡¡¡ profundas letras !!!
un beso
Hermoso y sublime bella Maria Eva, un gustazo leerte, estás invitada a pasarte por mi blog, besos gitanos
ResponderEliminarGenial Maria Eva. Mi respuesta es una muy grande, no nos falte la ilusión ni la esperanza. Como más grande más para compartir.
ResponderEliminarmis besos
Tu vocación de sastre hoy me viste de jardín. Besos.
ResponderEliminarYo me llevo una grande.
ResponderEliminarUn gran saludo.
Para mí también una muy grande pero dejando en claro que pago con versos para quien venga detrás.¡Que buena idea Realizar una feria de versos! No talleres, ni clases, ni concursos, ni cafés literarios. Una feria en la calle exhibiendo relatos cuentos y poemas tan solo al canje o a un bajo precio. Que la mayor satisfacción sea apretar la mano de quien se lleva nuestros sueños.
ResponderEliminarMira donde me llevó tu relato.
Te sigo
Tamally maak
Bueno pues aunque suene a tópico me quedo con la grande, jeje si nos faltan estas dos cosas vamos muy mal.
ResponderEliminarBello texto Maria.
un besote
Gracias a ti. Delicioso.
ResponderEliminarGracias por tu visita Maria Eva y por tu opinion sobre mi trabajo, para mi son muy importates tus comentarios.
ResponderEliminarMuchos Saludos. Laura.