Hoy he matado a mi corazón
Y yo soy la única culpable,
En mis ojos ya no quedan
Lágrimas para llorarle.
Las hieles amargas estoy bebiendo,
Ya no siento nada,
No distingo el sabor dulce del salado,
No veo la luz ni nada oigo.
El murmullo del viento trae más desconsuelo,
La negrura se ha instalado en mi vida,
Mi cuerpo, mi alma, mi casa
Morada de vísceras calladas.
El silencio roto de un quejido,
El parpadeo de una tenue luz y la
Sonrisa de un niño me llevan a tu ventana
Y tras los cristales veo:
Sonrisas francas, recuerdos bellos, ratos de charlas,
Cálidas miradas y hermosas palabras.
He matado a mi corazón, Dios insúflale la vida
Que torpemente le he arrebatado.
Delicioso. Un escrito para releerlo y digerirlo una vez por cada una de nuestras miles de almas. Besos amiga!
ResponderEliminarUn buen poema, triste, rómántico... Hermoso.
ResponderEliminarTrágico poema, triste ¿quizás un reflejo del alma?. Saludos.
ResponderEliminarMarìa... profundo dolor causa leerte en este poema.
ResponderEliminar¡¡¡ bello y doloroso !!!
un beso
Duele al leerlo, duele mucho.
ResponderEliminarEspero que las palabras sanen ese corazón destrozado. Ellas tienen la virtud de cauterizar las heridas.
Un beso, María Eva.
Marìa...¡¡¡ Felìz dìa de los enamorados !!!
ResponderEliminarun beso
La tristeza es la prima fea de la alegría y a nadie le gusta invitarle a su baile... pero es tan necesaria como todo en esta vida. La dualidad de todas las cosas siempre va a existir.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios.
María: Féliz día, y no sólo el de los enamorados sino cada una de tus mañanas.