-¿Por qué me mira así? El que usted sea un señor mayor no le da derecho a ser un descarado y mirarme fijamente-Le espetó una jovencita con más cinturón que falda a un hombre que placidamente estaba sentado en el banco de un paseo.
-Usted perdone-replicó el caballero- Es que su olor me es familiar,a fresa, a inocencia, a frescura de la mañana... miraba en esa dirección guiado por el olor, pero el soniquete de sus zapatos no es igual a los de ella.
-Es un pirado abuelo-dijo mientras se alejaba del hombre que no había movido más que sus labios.
-Pirado no hija, ciego- Sentenció lacónico mientras se levantaba del asiento.
Siempre me pareció que los recuerdos provocan esta clase de equívocos, de sinestesias, curioso también como etiquetamos o pasamos de largo sin apreciar lo que importa..todo condensado en tan pocas lineas..me gustó mucho.
ResponderEliminarmuy bonito, breve, profundo y con moraleja.
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